lunes, 7 de enero de 2013

La Rusia de Pedro I "El Grande"

El primer estado ruso se formó en el transcurso de los siglos VI y IX, a partir de las comunidades eslavas asentadas al noroeste del imperio bizantino. En contraste con la economía, aún dominada por el trueque, de la Europa occidental, os rusos, gobernados por el príncipe de Kiev, practicaron, a comienzos de la Edad Media, una próspera economía monetaria y en el siglo XII eran ya un estado fuerte y culturalmente desarrollado, que a través de Bizancio recibió la cultura del cristianismo ortodoxo. El estado de Kiev se desintegró en el transcurso de los siglos XII y XIII, cando Rusia occidental cayó bajo la dominación de los polacos y Rusia oriental fue invadida por los mongoles de Gengis Kan. A partir del siglo XV se hizo con el poder el principado de Moscú y sus príncipes se convirtieron en soberanos de un estado absoluto. Iván III el Grande (1440-1505), creador de la monarquía nacional, se consideró heredero del desaparecido imperio bizantino; Iván IV el Terrible (1533-1584) extendió sus territorios a costa de los tártaros y los lituanos y se consagró zar (emperador) de todas las Rusias.

El primer estado ruso, básicamente comercial fue sustituido por un estado fundamentalmente agrario, que perpetuó, hasta la Revolución de 1917, estructuras feudales como la servidumbre.

Este fue el estado que empezó a gobernar en 1689 Pedro I el Grande (1672-1725). En su intento por modernizar Rusia, el zar viajó a las Provincias Unidas, Inglaterra, Alemania, Austria y Polonia, para importar a su país las técnicas y el desarrollo de Occidente. Pero los nacionalistas no veían con buenos ojos la occidentalización del zar y estallaron las revueltas, que coincidieron con la larga guerra (1700-1721) que Rusia mantuvo con su gran rival, Suecia, por el control del Báltico. La guerra terminó con la Paz de Nystadt (10 de septiembre de 1721) por la que Rusia mantenía sus conquistas en el Báltico, pero devolvía Finlandia a Suecia.

Pedro I fue el gran reformador y modernizador de la Rusia tradicional, intentó terminar con el poder de los boyardos (terratenientes y ricos comerciantes), y con la intervención de la Iglesia en los asuntos de gobierno. sin embargo aumentó la dependencia de los siervos y campesinos con respecto a los terratenientes, al delegar en éstos el cobro de los impuestos y prohibir a aquellos, aunque fueran libres, el abandono de las tierras.

Retrato de Pedro I el Grande.

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