lunes, 7 de enero de 2013

La Primera República española (1873-1874)

Tras la abdicación de Amadeo I de Saboya, las Cortes proclamaron la República por 258 votos a favor y 33 en contra, el 11 de febrero de 1873. Durante los 11 meses que se mantuvo, el régimen republicano encontró serias dificultades, originadas en gran parte por la falta de acuerdo entre los mismos partidos que la habían votado, la intransigencia del republicanismo federal más extremista  las maniobras de los conservadores y dos graves problemas heredados de la etapa anterior: la guerra independentista de Cuba y la guerra carlista en el norte de la península. Ello explica que en sólo once meses se sucedieron cuatro presidentes y numerosos gobiernos.

El primer presidente de la República fue Estanislao Figueras (1819-1882), que presidió dos gobiernos. Bajo su mandato, el 23 de abril, se produjo un intento de golpe de Estado protagonizado por los radicales de Cristino Martos; tras su fracaso los radicales adoptaron la táctica del "retraimiento" con el fin de desgastar a los federales. Las elecciones del 10 de mayo de ese mismo año despertaron muy poco interés entre radicales y conservadores y los republicanos federales obtuvieron una gran victoria. A pesar de las presiones sociales, el gobierno de Figueras se negó a llevar a cabo ninguna reforma, alegando que sólo las nuevas cortes podían hacerlas; la respuesta fue una serie de movimientos:  levantamiento de los trabajadores andaluces contra los propietarios, organización de bandas armadas por parte de los comerciantes de Madrid para defender sus intereses, intento de proclamar el Estado Catalán, ... El fracaso de la gestión de Figueras motivó su destitución.

Estanislao Figueras, primer presidente de la República española.

El 1 de junio de 1873 se hizo cargo de la presidencia Francisco Pi i Margall (1842-1901), firme defensor del proceso revolucionario. El nuevo gobierno se propuso como objetivo terminar con la guerra carlista, lo que exigía la reorganización del indisciplinado ejército, aplicar una serie de reformas sociales en el campo, en la hacienda, en la administración de justicia y redactar una nueva constitución (la nunca aprobada Constitución de 1873). Pero Pi i Margall tuvo que abandonar la presidencia mucho antes de haber logrado esos objetivos, salvo la redacción del proyecto constitucional. El tono federalista extremado (cantonalista) de tal proyecto, unido a la manifestación de movimientos cantonalistas en Andalucía y Levante (revueltas de Málaga, Alcoy, Sevilla y proclamación el 12 de julio de cantón de Cartagena), obligaron a dimitir a Pi i Margall a los dos meses de haber accedido a la presidencia.

A partir de ese momento la República dio un giro a la derecha. El 17 de julio Nicolás Salmerón (1838-1908 formó un gobierno de tendencia conservadora, que sirvió para reforzar y extender los movimientos cantonalistas y obreros. Para resolver la situación, Salmerón recurrió a la fuerza. Los generales Martínez Campos en Valencia y Pavía en Andalucía reprimieron el cantonalismo. Sólo Cartagena se mantuvo el 12 de enero de 1874, cuando ya la República había caído. El movimiento obrero fue reprimido con igual fuerza, se cerraron los locales de la Internacional de Trabajadores y sus militantes fueron detenidos. Salmerón dimitió al negarse a aceptar la pena de muerte para los sublevados, como reclamaban los militares conservadores. El 7 de septiembre fue designado Emilio Castelar (1832-1899) para ocupar la presidencia, por 133 votos frente a los 67 que obtuvo Pi i Margall. Esta significativa votación indica claramente el matiz cada vez más derechista de los gobiernos republicanos. Para acabar con los problemas del carlismo y el cantonalismo, Castelar pidió poderes extraordinarios a las Cortes, que le fueron concedidos; las Cortes quedaron clausuradas hasta enero. Castelar aplicó una política regresiva y represiva, buscó la alianza con radicales y constitucionales, en un intento por recomponer las fuerzas republicanas frente a los federales. pero no lo logró: las Cortes, en su sesión de reapertura el 2 de enero de 1874, le negaron su apoyo. El día 3 se produjo el golpe del general Pavía, previamente pactado entre radicales y constitucionales; las Cortes fueron desalojadas y se puso fin a la Primera República.

General Manuel Pavía.

Para preparar el tránsito a la restauración monárquica se formó un gobierno provisional, presidido por el general Serrano y apoyado por constitucionales, radicales y monárquicos alfonsinos, dirigidos estos últimos por Cánovas del Castillo. El gobierno del general Serrano tuvo que hacer frente a los dos problemas pendientes, el cantonalista ye el carlista. El último reducto cantonalista, el de Cartagena, fue derrotado por el general López Domínguez. El problema carlista no se resolvería hasta el reinado de Alfonso XII.

El gobierno provisional de Serrano terminó bruscamente en el otoño de 1874, por obra del golpe militar monárquico de Martínez Campos en Sagunto. Condenado por Cánovas del Castillo, el golpe terminó definitivamente con el sexenio revolucionario y dispuso la vuelta de Alfonso XII, hijo de Isabel II, al trono.

1 comentario:

  1. Me gustaría una conclusión muy breve para finalizar mi redacción de la I República. Gracias. Gran trabajo.

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